El chico que dibujaba constelaciones: para honrar la historia de los abuelos

La escritora Alice Kellen, reconocida en el género de las novelas románticas, homenajea la historia de amor de sus propios abuelos en esta ficción. Cuando leí que se trataba de eso, me dio más curiosidad poder descubrirla.

Es una de esas historias cautivantes en la que nos podemos reflejar, soñar con un futuro y también ver a nuestras familias o la de nuestros amigos, reflejadas en ellas. Si debo destacar algo, es que cuando me bajé la muestra del libro, su prólogo me cautivó.

La historia la imaginó como una versión de lo que ellos, su abuelo y su abuela, hubieran alcanzado de haber tenido más posibilidades. Sin embargo, toma sus mejores recuerdos de la niñez, de su niñez con ellos, de las historias que recuerda de ellos, para plasmarlas en la páginas.

Si algo me gusta mucho de leer las historias de Alice, es disfrutar de las distintas capas que tienen sus personajes, complejidades que uno va descubriendo a medida que avanza en las vidas de quienes habitan sus historias, y los acompaña a transitar sus desafíos. 

Tiene una sensibilidad especial para describir la vida misma, las decisiones que tomamos, los viajes que hacemos a lo largo de los años, las personas que nos cambian la vida. Creo que todos encontraríamos algo con lo cual identificarnos.

Además, celebra el amor más allá del romántico, de pareja. Celebra las relaciones familiares, pero no desde una postura aspiracional y perfecta, sino con todas las complicaciones que implica una vida cotidiana en familia. Y plasma a sus personajes encontrando alguna manera de reencontrarse entre tanto ajetreo, recordando que esas mismas huellas son las que nos forman, y esas mismas generaciones las que construyen a futuro.

Asi que si buscan algo ameno, de lectura corta, porque si se enganchan lo leen en un tirón, sin duda esta es la indicada para sentir a pleno, recordar sin freno y disfrutar de quienes tenemos alrededor.

“En medio del día a día, a veces cuesta parar y disfrutar de esas cosas que nos llenaban en las primeras veces”

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