Con excelente ambientación y una descripción palpable, la escritora logra trasladarnos hasta los campos frescos de heno en la Francia de 1939, obligarnos a aspirar el aroma de los baguetes y macarons, y depositarnos silencionsamente en medio de las hermanas Rosignol para acompañarlas a lo largo de la Segunda Guerra Mundial.
Esta narración escarba en la historia y desentierra la valentía olvidada de las mujeres que lucharon en la batalla, de distintas maneras. Un homenaje a su tenaz espíritu de supervivencia, que nos conmoverá de principio a final.
Las vemos salvando a niños ajenos, trazando rutas para despitar al enemigo y pagando un precio inimaginable por su heroísmo. Es por eso que en la contratapa del libro impreso se destaca la primera oración del libro: “En el amor descubrimos quiénes queremos ser. En la guerra descubrimos quiénes somos en realidad”.
En un pueblito de ensueño y romanticismo, Vianne se despide de su esposo que fue llamado a alistarse al ejército. Contra todo pronóstico se aferra a la esperanza de que la guerra no llegue hasta ella y su hijita, pero la realidad es que Francia pronto será ocupada por nazis y ella se verá obligada a tomar decisiones cada vez más difíciles. “Piensa en los sacrificios con los que puedes convivir y en aquellos que te resultarán insoportables”.
Isabelle fue expulsada del internado una vez más, lo cual hace que esta ocasión sume un número que ya no pretende recordar, porque no volverá a ninguno. Con dieciocho años, no teme a nada y le hace frente a todo. No huye de la guerra, decide cuál será su parte en ella. Sin detenerse a mirar atrás, entregará todo de sí para cumplir con su papel en la resistencia, sin involucrar a su familia en ello.
La caracterización profunda de las protagonistas es respaldada por el ensamble inmejorable de los personajes secundarios, quienes son perfectos para ir desenvolviendo la trama y las situaciones que nos guiarán al súmmum de sus acciones. Adictiva de pricipio a final, se vive una pulseada interna entre pasar de una página a otra frente a postergar el ansiado final. Emocionante en sus 586 páginas. “Ahora sé lo que importante no es lo que he perdido, son los recuerdos”.